La cámara capta el desnudo Road trip de un Mercedes-Benz sobre la autopista que no hace mas que dejar atrás la huella de un carro predestinado a ser abandonado como un bebe recién nacido en el desierto. El contexto casi deshabitado va acompañado de suaves melodías de piano y violín bajo el nombre de “Spiegel im spiegel”, fabricadas por el grandísimo compositor Arvo Pärt. Todo el conjunto de unidades extensas inician el camino de un plan poco antes visto dentro de la industria del cine, o mejor dicho, del septimo arte.
Dios mismo iluminó el año en que Gus Van Sant decidió ahuyentarse de sus trabajos comerciales y hacerle honor a sus emociones y creaciones personales. Así dio reconocimiento a su época de director indie y hecho a marchar la turbina que dio nacimiento a la primera de las películas que completan a la E S P L E N D I D A trilogía de la muerte (Gerry, Elephant, Last Days).
Ver a Gerry como cualquier otro film es un error total para cualquier tipo de espectador. Debe apreciarse sabiendo que estamos frente a un producto de arte cinematográfico simple, centrado en un ambiente tanto agorafóbico, como claustrofóbico a una narración en tiempo real con escasísimos diálogos y gran cantidad de planos secuencia largos formulados en el escarmiento de dos jóvenes “tocayos” llamados Gerry, penetrándose claramente en una desértica montaña con el pretexto de visionar “algo”. Ese algo pierde su sentido cuando ambos se ven perdidos, sin agua y con pocas posibilidades de sobrevivir.
La combinación minimalista de artes y grandezas geográficas convierte a esta cinta en una montaña de sutilezas superiores logradas por un director creador de algo con vida propia, pasando así a convertirse en una criatura libre, desnuda y sofocante, no apta para todo publico debido a su lentitud y experimentalismo que al fin y al cabo terminan siendo una paradoja de imágenes duraderas con una carga emocional que traspasa las vías del cine contemporáneo, tornándose en nada mas que una soberbia obra de culto del ultimo siglo.
No sentirse descaminado a lo largo del metraje es algo imposible dentro de la hora y media de duración. Las imágenes y expresiones acompañan a una belleza capas de envolver al espectador en una toalla de amargura y falta de vitalidad que se expresa en el acontecimiento central. Los pasos y respiros incrementan el grado de pureza que contiene la esencia del propósito, marcando así el manejo de tiempos que Van Sant asegura de mostrar como algo inmortal e indefinido.
Descontrol total que dividió a la crítica. Pero como mi amigo cinèpata Gaspar se refiere a los Hermanos Coen, con Gerry o se ama con locura o se odia con soltura, no se puede quedar indiferente.
Observación:
Dos hombres viajan en coche. Dirección: da lo mismo.
Dos hombres viajan en coche. Dirección: da lo mismo.
Dos hombres se paran en el desierto.Razón: para descansar un rato.
Dos hombres, uno con el pelo rubio y otro castaño (llamados, Gerry y Gerry, respectivamente) se pierden en el desierto. Motivo: extravíe.
La arena les golpea en la cara. Razón: cosas de la naturaleza.
El sol persigue sus pasos. Finalidad: abrazarlos.
Conclusión: 'Una imagen vale más que mil palabras'